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CAPÍTULO III ( ORIGEN DE LOS PREJUICIOS RELATIVOS A LOS CAGOTS.- MOTIVOS DE LOS REGLAMENTOS DICTADOS EN SU CONTRA SOBRE ESTE PARTICULAR)

ORIGEN DE LOS PREJUICIOS RELATIVOS A LOS CAGOTS


    Examinemos ahora la fuente de donde vienen los prejuicios extendidos a cuenta de los cagots; esta tarea no nos llevará mucho tiempo: Nos bastará, para cumplirla, remitirnos a lo que se ha dicho de los individuos afectados de lepra, de lo cual los cagots fueron siempre altamente sospechosos.

    Es cierto que desde el año de 1363, época en la cual el célebre Guy de Chauliac escribía en Montpellier su "cirugía", había una clase de leprosos llamados "cassati "  , nombre que, dicho sea de paso, en vano buscaríamos en el Glosario de Du Cange  o el de Carpentier [N.T: en latín "casa" es una vivienda humilde o de campo, puede ser cabaña, choza etc. En la Inglaterra  alto-medieval "cassati" era una medida de área de terreno frecuentemente asociada a las donaciones de tierras o viviendas que hacían reyes o nobles a grupos de personas, instituciones religiosas o abadías. A finales del Imperio Romano y hasta la Edad Media "casati" era un tipo de siervo adscrito a una casa, en ocasiones con tierras (el siervo de la gleba lo era con preferencia a una tierra), tributando, por tal beneficio, del producto de sus cultivos al dueño de la misma]. Pero como dijo un traductor del gran médico que hablaba de un enfermo sospechoso de la lepra " Si hay muchos signos equívocos y pocos unívocos, se le llama vulgarmente "cassot" o "capot". Los tales deben ser fuertemente amonestados sobre tener  buen régimen y control médico, deben morar en sus campos o aparcerías y casas y no mezclarse familiarmente con la gente: porque entran en la lepra" ("La grande chirurgie de M. Guy de  Chauliac...Restituée par M. Laurens Joubert, etc." Tournon, por Claude Michel, 1598, in 8, pág. 433-8. Esta edición, dicho sea de paso, no es otra que la de Lyon, 1580 , donde sólo se le renovó el título).


     Este pasaje, debido a la pluma de otro médico famoso de Montpellier corresponde bastante bien al del autor, salvo que Guy se sirve únicamente de la palabra "cassatus" (Guidonis de Cauliaco in arte medica exercitatissimi Chirurgia, etc. Lyon por Sebastianum Honoratum, 1572. pequeño in-4; pág. 311, 312. Aparte de algunas transposiciones de palabras, este pasaje se encuentra de la misma manera en los manuscritos de la Biblioteca del Rey, de los que tres pertenecen al siglo XV : son los mss. 6910a, 6966 y 7133a, donde hay que recurrir a los folios 148 r. col. 2 del primero, 101 v. y 102 r. del segundo y al 219 v. del tercero. Los otros manuscritos llevan los números 6957, 7132 y 7133, y son o más antiguos, o más recientes. Uno de ellos tiene "cassotus": es el 7132, que está sobre pergamino y es del siglo XIV, donde se encuentra en el folio 80 v. En cuanto al 7133 , que está sobre papel y es del siglo XVI, contiene "cassatus" . Véase el folio 114 v.
    Entre las ediciones impresas, hay una que da igualmente "cassotus": Es la de Lyon, Q. Phil. Tinghi y Est. Michel, 1595, in-4. Véase el folio 254. La edición más vieja, de Venecia, por ... Luca Antonii...., 1546  in-folio, contiene "cassatus"
). 


   Un segundo traductor, médico jurado de la ciudad de Burdeos, que escribía en 1672, es decir casi un siglo después de Laurent Joubert, lo traduce con la palabra "cagot", probablemente porque "cassot" era obsoleta o porque en Guienne no se entendía   (" La grande Chirurgie de Maistre Guy de Chauliac...traduite nouvellement en François...par Maistre Simon Mingelousaulx, etc." Burdeos, 1672, in-8; pág. 471. El pasaje donde se encuentra el nombre en cuestión fue suprimido en la versión "explicada" por L. Verdue, Paris 1704, in-8).  Lo que es seguro es que ya se estilaba en 1411, fecha de las cartas de remisión de un registro de la cancillería de Francia en las cuales se lee ( Archivos del reino, reg. 165, c. 267, fol. 87. Véase de este documento lo que es de tal naturaleza que nos puede interesar: "Carlos, .. hemos oído la súplica de los amigos carnales de Anthoine Sabatier, hijo de Etienne...incluyendo que a cierto día del mes de Agosto...estando en el hostal de un tal Jehan Blanc, también llamado "el Bastardo", en dicha diócesis de Saint-Flour...el dicho Jehan Darsat, que es hombre asaz traidor, orgulloso y amante de las reyertas y debates para influenciar y dominar a las buenas gentes...había dicho...muchas injurias...y entre otras había llamado fuertemente "vil cassot", que vale tanto como decir mezel [N.T: también aparece "messellerie" en Legislación sobre los cagots (3)] y venido o de linaje mezelle o leproso, además de muchas otras injurias, villanías, oprobios y amenazas, diciendo que antes que el año fuese pasado le vendría un gran perjuicio en la cara, lo que es como decir que le provocaría una gran herida, que los granos de la "mezellería" le caerían al suelo, de tal forma que todos podrían ver y conocer que era "mezel"; y que además de ser y demostrar su afán traidor y queriendo poner su propósito en efecto, sacó un gran cuchillo," etc. Este documento ha sido citado por D. Carpentier, Glos. Nuev., tomo II, col. 1258, en la palabra "Mezellus" tom. IV, col 122, se lee: "Cassot, Leproso, de raza sujeta a la lepra, en Auvernia" ). Lo que no es menos cierto es que en esta época los cagots de los Pirineos no habían cambiado por ese nombre el de "chrestiaas", bajo el que son designados en los documentos más antiguos.

    Sea como fuere, habiendo investigado el origen de la opinión popular que quiere que estes parias se distingan por el color sombrío y grisáceo de los ojos y por la poca longitud del lóbulo de la oreja ( Véase el cuadro elemental de la semiótica, por M. Victor Broussonnet. Palassou refuta este error, pág. 330 -332 . Eso no impidió que el Sr. Guyon lo reprodujera, y dirigiera a la Academia de las Ciencias como pieza de apoyo a su "Memoria sobre los cagots de los Pirineos" que había sometido anteriormente al veredicto de ella, una serie de figuras representando la "conformación de la oreja", que consideraba como un carácter distintivo de la raza. "Este carácter , decía el Sr. Guyon, consiste en un redondeamiento de la oreja resultante de la ausencia de lóbulo. Mi primera comunicación no iba acompañada más que de una figura, de la que el sujeto era una mujer de Saint-Jean-de-Pied-de-Port. A día de hoy someto a la vista de la Academia seis figuras  tomadas al azar entre los cagots de diversas localidades...Llamo la antención de nuevo sobre el hecho de que los cagots que he conocido, junto con muchos viajeros, como continuadores de los godos en los Pirineos, pertenecían a una raza de talla elevada y perfectamente conformada, así como que el bocio y el cretinismo, del que son tachados gran número de cagots, no atañen más que a la naturaleza de los sitios habitados por éstes últimos. Así, de los seis sujetos de los que muestro sus orejas, sólo los dos primeros son bociosos, además de uno afectado de cretinismo".  Rendición de cuentas de la Academia de las Ciencias, tom. XIX, nº 11, 9 de Septiembre de 1844, pág. 526), lo encontramos en lo que Guillaume des Innocens, en el capítulo de "los signos unívocos de la lepra", dijo de los afectados por elefantiasis o leprosos de los que hizo examen, y en lo que había escrito antes Ambroise Paré, del que vemos sus palabras: " De entrada tienen las orejas redondeadas, por el consumo de sus lóbulos y partes carnosas por falta de alimentación suficiente, gruesas, espesas y tuberosas, a causa de la contaminación del alimento que afluye a esa parte: lo que consideramos como el tercer signo"( "De la viruela y de la lepra", cap. X: "Signos que muestran que la lepra está confirmada". Obras completas de Ambroise Paré, tom. III, pág. 275, col. 4.
    Antes de Paré, en el siglo XIV, Guy de Chauliac, ponía entre los seis signos unívocos de la lepra, la redondez de los ojos y de las orejas y la hediondez del aliento. Véase su "Cirugía", tratado VI, Lyon 1672, pág. 309. Antes aún que Chauliac, Bernard Gordon había consignado todos estes síntomas en su "Tratado de la Medicina", añadiento la brillantez de la faz , "color faciei lucidus, vergens ad fuscedinem mortificatam; color faciei rubens, vergens ad nigredinem; color est albus, vergens ad niveum", etc. Véase "Bernardi Gordonii Opus Lilium Medecinae inscriptum," etc  Lyon, 1563; " de lepra particula I", pág. 96, 97
).

    Mientras tanto veamos como se explica el cirujano de Toulouse [N.T: G. Innocens]:
" En otra la túnica dicha conjuntiva o adnata (que viene del pericráneo) abiertamente tenebrosa y  grisácea en los leprosos.  Porque así como en los que tienen ictericia , la túnica conjuntiva es amarilla-azafrán, en muestra del humor colérico no natural que domina: en los frenéticos o quienes tienen inflamación de los músculos en la cerviz y en los verdaderos "oftálmicos" [N. T: Probablemente se refiera a los enfermos de fiebres oftálmicas] las conjuntivas son rojas significando el señorío de la sangre, en los leprosos los ojos en sus membranas son oscuros, sombríos y de color tenebroso, igual que el humor predominante en su cuerpo es negro, sucio, ceniciento o grisáceo según el grado de su diversa calor [N.T: En el original "adustion", calor y sequedad corporales ], grande o pequeña. A este primer signo sigue la figura redondeada observada en las orejas, en las cuales la redondez procede de una misma causa, aquella que rodea los ojos a los leprosos, a saber de la sequedad depravada de la nutrición [N.T: Se refiere a la nutrición interna de los órganos], a diferencia siempre de los hécticos[N.T: Afectados por las fiebres hécticas], marásmicos y  tábidos , en los cuales la  deficiente nutrición es constitutiva. O bien que las orejas sean naturalmente redondeadas u oblongas, si es que eses pequeños pedazos y extremidades de las mismas (en los cuales se cuelgan los aros y joyas) están deshechos, retirados o consumidos, haciendo su redondez mejor formada y más remarcable. Ya que lo que las hace más largas, en unos que en otros, es esa parte de carne que es la parte más blanda de la oreja. Pero aquí hay  además de la redondez un espesor tuberoso y duro en los bordes y vueltas de las orejas de los leprosos: amén de arañazos, cortes y postillas que aparecen habitualmente"   ("Examen des Elephantiques ou Lepreux...cap. XI, p. 82,83)

    La acusación de lubricidad contra los cagots, se explica también por el calor reprochado a los leprosos. No sabemos de donde vino la opinión de que nada igualaba el ardor y el vigor de estes enfermos; pero en la Edad Media, era una opinión generalmente admitida en todos los países. En el romance de Tristán, cuya composición se remonta al siglo XIII , un leproso, llamado Iván, propone al rey de Cornualles, que quería hacer morir a Isolda la rubia , su mujer, librarla, a ella y a sus cien compañeros. Añade:

    "
Sire, en nosotros hay tan gran ardor,
    que bajo el cielo no hay dama hoy
    que sufrir pueda nuestro comercio
(trato, unión)"
(Tristán, tomo primero, pág. 59


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