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Los Marrans del Auvergne, parte 4

     

       Mientras tanto Felipe III  ya no se dormía ; en 1603, había descubierto el objeto del viaje de Panissault a donde los Moriscos de Valencia (Véase una carta del rey al Sr. la Force, del 27 de Julio de ese año (Mem. de la Force, t. I, p. 365 y 366)); en 1605, un agente del duque de la Force, llamado Pascal de Saint-Esteve, empleado al comienzo de este negocio, fue traicionado por un inglés, y arrestado en Valencia el 23 de Abril; llevado tres o cuatro veces a tortura, hizo revelaciones que dieron mucho que pensar a los españoles, fue condenado a muerte el 23 de Junio y colgado el 23 de Septiembre (Mem. de la Force, introd. , p. XX; carta del Sr. de Villeroy al Sr. de La Force, del 10 de Junio de 1605 (Ibídem, t. I , pág. 379); carta del rey al mismo, del 7 de Julio de 1605 (Ibídem, p. 399 ); carta del Sr. Saulgris al mismo, del 4 de Agosto del mismo año (Ibíd., p. 406).
     Es probablemente de ese desdichado que hablaba Bassompierre,en el pasaje siguiente: " Los Moriscos, que se habían en tiempos del difunto Rey dirigido al Sr. la Force, ofrecieron rebelarse en España, si el Rey les quisiera hacer aparecer en la costa, la que propusieran ellos, cuatro navíos cargados de armas, para armarlos, y asistirlos con cuatro mil hombres, con el Sr. de la Force para comandarlos; habiendo sido la empresa descubierta poco después de su muerte y el secretario del Sr. de la Force, colgado en Zaragoza, habiéndola traicionado, fueron expulsados ese año totalmente de España ".
Memorias del Mariscal Bassompierre, Amsterdam, 1723, t. I, p. 316, 317).

      Las negociaciones con los Moriscos ( Estas negociaciones fueron indicadas por Siri, el P. Daniel y Fontenay Mareuil, sin contar a Bassompierre ni Sully; pero todos hablaron incidentalmente y de una manera sumaria. El marqués de la Grange promete una obra que presentará la relación de todo lo que pasó al respecto de este sujeto entre Enrique IV y el Sr. de la Force, en la cual cuenta con insertar todos los documentos de esta larga y voluminosa negociación. Véanse las Memorias de la Force  t. I, p 218, en nota) se encontraron interrumpidas algún tiempo; sin embargo no se dejaron de renovar los contactos; pero fue de una manera más encubierta: no se mezcló a tanta gente en el secreto; los españoles tenían los ojos abiertos y montaban guardia.

      Por el mismo tiempo , el arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía, Don Juan de Ribera, que la Iglesia puso en el número de los bienaventurados [N.T: beatificado en el siglo XVIII por Pío VI, canonizado en 1959 por Juan XXIII], no dejaba de escribir a Felipe III, representándole con mucha fuerza que sería imposible conseguir la verdadera conversión de los Moriscos del Reino de Valencia, aunque esta tarea había sido comenzada en el reinado de Carlos V ( Véanse, entre otras piezas , las cartas de Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, y otros documentos para servir a su biografía, publicadas en la Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España por D. Miguel Salvá y D. Pedro Sáenz de Baranda, t. V, Madrid, 1844, p. 75-123. Se encuentran reseñas valiosas para la historia de los Moriscos del Reino de Valencia, bajo Carlos V); que su empecinamiento en preserverar en el error y su habilidad en los trabajos agrícolas y en las artes, eran justos motivos de temor de que ellos no perturbasen un día la tranquilidad pública, con la ayuda de los Moros de Argelia y otros estados de África, con los cuales estaban en buen acuerdo y relación continua; que estas consideraciones le llevaban a proponer a su Majestad que los expulsara enteramente del reino, para así conservar la pureza de la fe y la paz entre las gentes (Se lee de Nicolás Antonio, en el art. D. IOANNES DE RIBERA: " Qui (auctor vitae ejus, Franciscus Escriva, Societatis Jesu) et plures ejus "Literas pastorales" atque item "alias ad Regem Philippum III"  quibus apud pium principem expulsionem Mauriscorum urget vehementissime, ac tandem "Concionem sacram", cum expulsio intimata fuisset, ab eo habitam, aliaque adducit" Bibl. Hisp. Nova, ed. de 1783, t. I, pag. 767, col. 2.) .

     Los gentilhombres, que tenían un gran número de Moriscos entre sus vasallos, expusieron al monarca el perjuicio inmenso que esta medida les causaría , quitándoles los individuos más útiles; y que esta emigración , si tuviese lugar, no dejaría casi habitantes ni agricultores en sus tierras . A todas estas razones añadían que la relación del arzobispo era chocante por su exageración, ya que el tribunal del santo oficio no había dejado una vez de castigar a los que caían en la herejía , luego de haberlos descubierto por medio de sus presos o espías, continuamente ocupados en sorprender a los culpables; de suerte que se podía asegurar  que el número de malos católicos era bastante menor de lo que se había dicho, porque la Inquisición no ejercía ya una extraordinaria severidad  contra los
Moriscos.

      El rey convocó a su consejo de estado. El inquisidor general que tomaba parte, votó la expulsión de los Moriscos, y esta medida fue aprobada por varios miembros de la asamblea.  Luego de haber conocido un gran número de reportes, consejos y discusiones, la retirada de los de Valencia fue fijada en el 11 de Septiembre de 1609, la de los demás el 10 de Enero siguiente (Historia crítica de la Inquisición en España, tomo III, p. 429-430.).

      Por lo demás , no era la primera vez que había sido discutido el tomar una medida semejante, al menos parcialmente; pero siempre las instancias del clero habían fracasado ante las reclamaciones de los propietarios y la sensatez del monarca. Así, en los Estados Generales de Cataluña, tenidos en  Barcelona en 1503, fue expuesto a Fernando II, rey de Aragón, lo que sigue:
      " Como es notorio a los estados que ahí será cuestión de expulsar a los Moros domiciliados en esta provincia, donde son poco numerosos: lo que no podría tener lugar más que en perjuicio de los señoríos y otras partes interesadas; 
      " Y como de su permanencia, o estancia, no puede derivar nada malo ni para Vuestra Majestad ni para el Principado;
      " La presente asamblea de estados suplica a V. M. tenga a bien, ante acta de la presente sesión, el ordenar, estatuir, y prometer de buena fe y bajo palabra real, que no expulsará, ni hará expulsar, ni consentirá el que dichos Moros sean expulsados del principado de Cataluña" ("Ferrando Segon en la tercera cort de Barcelona, any 1503, cap. de cort 1.
       " Com a noticia de la presente cort en aquests dies prop passats sie pervingut ques tractaria de expellir los Moros qui estan poblats en lo present Principat, los quals son en poc nombre, e seria
gran dany et destructio dels barons, e altras parts ahou dits Moros estan poblats, e dels quals nos puso seguir del estat de Vostra Magestat, sie il dit Principat dany algut; per ço , supplica a dita cort a Vostra Magestat vulla, ab lo present acte de cort, ordinar, statuir e prometre en sa bona fe e paraula reyal, que non expellira, ne expellir fara, ne consentira esser expellits los dits Moros del dit Principat
       "Plau al senyor Rey. "
Libro 1 de las Constituciones de Cataluña, superfluas, etc. tit. II DE SERRAHINS. Hemos usado la edición impresa en Barcelona en 1704, reputada como la más completa.).

     El rey puso bajo lo expuesto : "Placet regi", fórmula sacramental que daba fuerza de ley a los deseos expresados por los estados, y los Moros debieron creerse a resguardo, junto con su descendencia, de la desgracia que los había amenazado; pero, en lugar de disminuir, como en el resto de Europa, la influencia del clero, en particular de la Inquisición, se engrandecía cada vez más en España y cuando el Santo Oficio demandó que los descendientes de los Moros fuesen expulsados, todas las representaciones del interés público y privado no pudieron prevalecer en contra de un deseo formulado en nombre de la religión. Menos sagaz que su predecesor, Felipe III emitió en el Escorial el famoso edicto para la expulsion de los Moriscos: "Visto que ellos continuaban sus tramas con los heréticos y otros príncipes que detestaban la grandeza del nombre español" (Mém. de la Force, introd. p. XX y XXI.).

      La ejecución de este edicto fue tan rápida como su publicación. El 22 de Septiembre de 1609, Don Luis Carrillo de Toledo, marqués de Carazena, virrey y capitán general del reino de Valencia, lo hizo publicar ( Véase este documento en la "Breve Relación de la Expulsión de los Moriscos del Reino de Valencia", impresa siguiendo a la obra de Jaime Bleda, titulada "Defensio Fidei in Causa Neophytorum, sive Morischorum Regni Valentiae, totiusq. Hispaniae, etc." Valencia, 1610. Regis sumptibus, etc. p. 597-601. Véase , del mismo autor : "Coronica de los Moros de España", Valencia, 1618. El octavo y último libro se titula: " De la justa y general expulsión de los Moriscos de España, executada por mandado del Catholico Rey Don Felipe III, el último y supremo Conquistador de los Moros de España, gran libertador y salud de sus Reynos") y envió al tiempo cuatro comisarios principales asistidos de treinta y dos comisarios ordinarios, para vigilar el embarque de los Moriscos, en los tres puertos que habían sido designados. Esta operación comenzó el 4 de Octubre, día de San Francisco, y continuó con la mayor diligencia.

     Una primera partida comprendía más de veinte mil Moriscos, siendo seguida rápidamente de una segunda, una tercera y una cuarta. Más de cien mil de estes desdichados habían ya dejado España , cuando veinte mil tomaron las armas resueltos a quedar en su patria. Se retiraron a las montañas de Cortes y Aguar; pero, atacados por fuerzas numerosas, presas del hambre y la sed, no soportaron más que ocho o diez días y se rindieron , luego de haber perdido gran número de los suyos. Por orden del rey, fueron embarcados como los otros Moriscos, exceptuando sus jefes, de los que unos fueron condenados a muerte  y ejecutados y otros conducidos a galeras para servir a Su Majestad como esclavos. Desde los primeros días de Octubre del año 1609 a Enero del 1610, más de ciento  treinta y cuatro mil Moriscos valencianos abandonaron el reino ( J. Bleda "de la Expulsión de los Moros del Reyno de Valencia", p. 587-596. Véase también "Relacion del Rebellion y Expulsion de los Moriscos del Reyno de Valencia ", por D. Antonio de Corral y Rojas, caballero del hábito de Santiago, capitán y sargento mayor de Valladolid y su partido, Palencia y su Obispado por el Rey Nto. Señor..., sin fecha en 43 pliegos y cinco de preliminares. El privilegio está fechado en Madrid el 25 de Marzo de 1613: cómo conciliar esta circunstancia con la indicación dada por Nic. Antonio Bibl. Hisp. nova, t. I, pág. 112, col 2 ?"Expulsión de los Moriscos del Reino de Valencia Pinciae 1612".
     Mencionaremos igualmente un poema en cinco cantos, en octosílabos y decasílabos, titulado: "Expulsión de los Moriscos Rebeldes de la
Sierra y Muela de Cortes Por Simeon Zapata Valenciano". Compuesta por Vicente Pérez de Culla , Valencia, 1635. Suponemos que esta obra es la que Nic. Antonio menciona en estos términos t. III, p 329, Bibl. Hisp. Nova: "De la Expulsión de los Moriscos del Reino de Valencia".).

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