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Los Marrans del Auvergne, parte 3

   

        Está por tanto bien establecido que los Marranos eran los Judíos españoles  que habían abjurado de la fe de sus antepasados y que no pudieron obtener, a ese precio, el ser aceptados por la sociedad cristiana. Pero ese nombre no servía exclusivamente para designarlos; devino en término de menosprecio, que los extranjeros no se abstuvieron de aplicar a los habitantes de toda la Península ("...Y el vulgo corrompiendo el vocablo de Mauros, o Mauritanos, les llama Marranos: y por su vivienda en España , después que la ganaron al Rey don Rodrigo (como adelante se verá) impropiamente, y por escarnio son llamados los Españoles "Marranos", que entienden ser Judios: mas aunque los avia en España , no dependio el nombre, sino de los Mauros, o Mauritanos..." , Historia de los Reyes Godos...Por Juan del Castillo , etc. Madrid, 1624; lib. II, discurso octavo, p. 98, col. 2".
   "La Liga, y principalmente en el sitio de París la alianza de Soldados y la llegada de los "Marrans" Españoles termina de corromper los corazones y la pudicia...Memorias de la Liga , t. IV, p. 338,
citadas en la Sátira Menipea de la virtud del "catolicón" de España, Ratisbona 1740, t. II, p. 340. En la lista de esta última obra se encuentra "Marranes".
    "Aunque, añadieron, nuestros príncipes no fuesen asaz poderosos para soportar los gastos. Porque he aquí la justicia que l'Aviseur entiende, habiéndose ya despojado de toda afección a su patria para volverse Marrano".
    "...porque ella cayó de la pota al fuego, es decir, de traidora a su Rey, a manos de Marranos". Memorias de la liga ... t: IV, Amsterdam, 1758, p. 182.
    "Qué! que estes Marranos sean nuestros Reyes, nuestros Príncipes, que el gentilhombre francés ceda bajo el mandato Español, que Francia se comprenda entre los títulos de este Rey de Mayorca, de ese medio Moro, medio Judío, medio Sarraceno?", "... Y siempre esos mil quinientos allá estaban todos francos Castellanos, nacidos Marranos, " etc. Antiespañol... 1592, p. 10 t.

18; Memorias de la Liga, t. IV, p. 216 y 221.
     De L'Ancre, p. 483, dijo que la denominación de Marranos " ha sido dada por consentimiento universal de todas las naciones de la tierra a los portugueses, errantes y vagabundos."
).

     Ellos se fundaban en lo que ese país había sido durante varios siglos en poder de los infieles, para reprochar a los españoles y portugueses el no ser sino cristianos recientes, imputación de la que todos se defendían en toda ocasión. Sancho Panza, detallando las cualidades que decía tener para acceder a la dignidad de caballero errante, pone como primera el ser de los cristianos viejos (Don Quijote, tercera parte, libro I, cap. III), añadiendo un poco más tarde que no es glorioso en absoluto ni
distinguido, aunque de los cristianos viejos: cualidad por la que su maestro lo tenía en gran cuenta ( Ibíd., cap. VI).

     Nos queda ahora el explicar cómo sucedió en una época que nos es imposible de precisar , pero que no debía ser anterior al siglo XVII, que el nombre de los Marranos se encuentra en el centro de Francia. Precisamos para ello referir un episodio de la historia de España, que tomaremos prestado de una de las obras de Voltaire.

     "Felipe III no pudo terminar con un pequeño número de holandeses, pero pudo desdichadamente echar de seis a setecientos mil Moros de sus estados. Estes restos de los viejos vencedores de España estaban en gran parte desarmados, ocupados del comercio y la agricultura, bastante menos formidables en España de lo que los protestantes fueran en Francia y mucho más útiles, porque eran laboriosos en el país de la holgazanería. Se les forzaba a parecer cristianos; la Inquisición los perseguía sin descanso. Esta persecución produjo algunas revueltas, pero débiles y prontamente apaciguadas.

    "Enrique IV quería tomar esas gentes bajo su protección; pero sus inteligencias con ellos fueron descubiertas por la traición de un secretario de asuntos extranjeros; este incidente apresuró  su dispersión . Se había tomado ya la resolución de expulsarlos: en vano propusieron comprar con dos millones de ducados de oro el permiso de respirar el aire de España; el consejo fue inflexible: veinte mil de estes proscritos se retiraron a las montañas; pero no teniendo por armas más que hondas y piedras, fueron rápidamente forzados. Se ocuparon dos años enteros, en transportar ciudadanos lejos del reino y en despoblar el estado...

     "La partida más grande de Moros españoles se refugiaron en África, su vieja patria; algunos pasaron a Francia bajo la regencia de María de Médicis; aquellos que no quisieron renunciar a su religión se embarcaron en Francia para Túnez; algunas familias, hicieron profesión de cristianismo, se establecieron en Provence, en Languedoc; llegaron al mismo París y su raza ya no fue allí desconocida. Finalmente estes fugitivos se incorporaron a la nación, que sacó provecho de ella y que luego la imitó en la emigración de sus  reformistas" (Ensayo sobre los Moros y el Espíritu de las Naciones, etc. cap. 177, año 1609).

       A este relato si le unimos lo que escribieron el abad de l'Ecluse des Loges (Memoires de Maximilien de Bethune, duque de Sully ...Londres 1778; t. VII, lib. XXV, p. 129-136), Chenier (Investigaciones históricas sobre los Moros, t. II, p. 385), el Sr. Capefigne (Richelieu, Mazarino, la Fronde y el reino de Luis XIV, t. 1, p. 31, 88 y sigs.) y el Sr. Reinaud (Invasiones de los Sarracenos en Francia, p. 305, 306 ), tendremos poco menos que todo lo que ha sido dicho sobre la emigración de los Moros de España bajo Enrique IV, y es bien poca cosa ; pero es posible hacerlo mejor y , como se dijo antes que nosotros ("Las circunstancias de la salida de los Moriscos del reino de España, merecerían una historia particular, hecha con más crítica que aquellas de Fr. Marcos de Guadalajara y de Fr. Jaime Bleda..." Historia crítica de la Inquisición Española, t. III, p. 430.) el sujeto amerita ciertamente que se intente.

     Desde el año 1602 como muy tarde (Le Mercure, refiriendo la muerte de Antonio Pérez, añade: " Se puede ver en el libro de sus Relaciones... la ejecución por la Justicia de un español y de su lacayo, que habían emprendido el matarlo por veinte mil escudos: y la sutileza de este asesino haciendo parecer que había venido a Francia para comunicar al Rey el deseo y designio que tenían los Moriscos de rebelarse" La Continuación del Mercurio Francés, folio 291, año 1612. Se lee al margen : " fue despedazado vivo y su lacayo colgado en París."
     Hemos procurado con celo y por varios medios, las Relaciones de Antonio Pérez, etc. Impresso en Paris ... 1598, así como las Obras y Relaciones de Antonio Pérez... Por Juan Antonio y Samuel de Tornes, 1654 y reencontramos allí , p. 190, 191, del primero y p. 179, 180 del segundo, el pasaje donde se habla de la tentativa de asesinato indicada arriba; pero no vimos nada que justifique lo que dijo el autor del Mercurio francés de los medios de defensa del asesino.
     Pérez refiere al contrario que hizo confesión completa: " Confesó la trayçion... Declaró lo prometido, lo recibido, por cuya mano, y orden. ".
     Como no se puede suponer que el escritor haya inventado la
circunstancia que asegura sin razón encontrarse en las Relaciones de Antonio Pérez, habrá que creer que lo haya sacado de otra fuente; es posible también que el asesino haya, en un primer interrogatorio, hablado del deseo y designio de los Moriscos, porque supiese algo sobre ello , o porque jugadas semejantes hechas anteriormente le daban esperanza de ser creído. Este español (Don Rodrigo de Mur, barón de la Pinilla ) fue apaleado en la plaza de Greve, el viernes 19 de Enero de 1596 (no el 6 , como dice el Sr. Weiss en la Biografía Universal, t. 33, p. 353, en nota). Véase el Journal du regne de Henry IV... por Pierre de l'Etoile, La Haya , 1741, t. II, p. 253.
     Hay en el British and Foreign Review, Nº 15, Enero de 1839,
Londres, p. 63-95, un artículo de Don Pascual de Gayangos titulado "Lenguaje y Literatura de los Moriscos". El autor narra la historia de este desdichado pueblo hasta la p. 75 y en la 81, nota 2, habla de un libro que dijo pertenecerle y en el cual se encuentran las rutas en uso por los Moriscos que querían sustraerse a la tiranía de sus opresores. Una circunstancia curiosa, es que en las dos o tres páginas se ve escrito en caracteres arábigos, grandes y distintos: El Príncipe de Condé es cabeza de los Luteranos.
      "La única conjetura que pudimos formarnos al respecto de esta
curiosa nota, dijo Don Pascual, (porque en el resto del libro no encontramos nada que sea de naturaleza tal para conducirnos a un descubrimiento) es que  los Moriscos, perseguidos en España por no observar las prácticas del catolicismo, puede que buscaran el apoyo de los protestantes, o buscaran consolarse pensando que la Iglesia católica romana tenía que luchar contra otro enemigo pujante y más afortunado" Esta nota no indicaría un comienzo de negociaciones con los protestantes?
       Se encuentra en la Biblioteca Real, manuscrito de los fondos
de Saint Germain Nº 290, folio 150, un itinerario para ir de España a Turquía , parecido a aquellos de los que habla Don Pascual y, seguidamente a este documento, folio  151, consejos para el viaje. Este manuscrito, como el del sabio profesor de Madrid, está en español escrito con caracteres árabes; el Sr . Silvestre de Sacy dio la descripción en el t. IV de las Noticias y extractos de los manuscritos de la Biblioteca Nacional, p. 626, descripión que se limitó a traducir Eugenio de Ochoa en su Catálogo Razonado, p. 11-17.
        Las dos piezas que hemos señalado más arriba se insertaron por entero en las págs. 635-636 del primero de estos dos recopilatorios y págs. 15-16 del segundo.), los Moriscos, justamente descontentos de la manera en que se ejecutaron a su respecto las estipulaciones falladas entre sus antepasados y los reyes de España y cruelmente perseguidos por la Inquisición, tornaron sus miradas hacia Francia, entonces gobernada por Enrique IV (Si hay que creer a Sully, o mejor aún a Enrique IV mismo, esta gente se había dirigido ya a este príncipe cuando no era más que rey de Navarra. He aquí las propias palabras del gran ministro " Recordándome que luego de algunos años después que os librásteis de las servidumbres en que estuvisteis detenido en la Corte (Estimo, Sire, que acordaréis mejor el año de lo que yo sabría , porque no estoy ya cerca de vuestra Majestad y no sé más que lo que se me cuenta después), que estando vos de viaje por Béarn y Foix, los Sres. de Saint Genies y de Odón le dijeron que los Moriscos de España ... deseaban ardientemente poder sacudirse el yugo intolerable por medio de una sublevación general, siempre que viesen a un poderoso Príncipe vecino suyo dispuesto a recibirlos...a cambio de que fuesen asegurados de conservar la libertad para su religión, sus bienes y personas, incluso se dispondrían a abrazar la creencia de los Cristianos Reformados [ N.T: Protestantes] (en la cual supiesen que un solo Dios fuese adorado, rezado e invocado, que no habría imágenes entre ellos, ni se cometería alguna idolatría , que era lo que más detestaban) que sufrir más esa cruel Inquisición de España. Las cuales proposiciones sabidas por vuestra Majestad, se resolvió a abrazar, y dio cargo a esos Gentilhombres de profundizar en las intenciones de estes Moriscos...En lo que estes Gentilhombres no dejaron de trabajar y emplearon en principio un solo capitán llamado d'Anguin y seguidamente hasta doce otros. Todos los cuales junto a esa multitud de gente maniobraron tan diestra y secretamente estes asuntos , que nada se descubrió a la perfidia de l'Hoste, el cual sabiendo cualquier cosa de esta trama de los propósitos de su amo daría el primer aviso y sospecha  a los españoles, los cuales se cuidaron tan bien durante algunos años que finalmente verificaron que había más de quinientas mil personas que estaban de acuerdo" etc. Continuación de la tercera parte de las Memoires ou OEconomies royales d'estat... de Enrique el grande , etc. Ruán y París, 1662, tomo VI, p. 381-383.
      El traidor del que habla Sully era Nicolas l'Hoste, empleado
del secretario de estado Villeroy. Véase sobre su traición y muerte el tomo III de la misma obra, p. 690-701. En cuanto a los Sres de Saint Geniés y d'Odon, d'Audon, o d'Odou (porque se encuentra su nombre con las tres ortografías), tienen cada uno una nota en el Recopilatorio de cartas y misivas de Enrique IV, tomo I, p. 138, 139 y 163. ).

    Un vasto proyecto de sublevación fue propuesto por sus enviados; se trataba nada menos que de revolucionar a España. Los Moriscos demandaban armas y jefes , ellos ofrecían oro y plazas fuertes, añadiendo que se podía contar con el concurso de una partida de descontentos, cristianos y judíos (Véase la memoria dirigida a Enrique IV por los Moriscos de España, entre las Correspondencias y documentos inéditos de la casa de la Force, primera parte, 1571-1610 (Memorias auténticas de Jacques Nompar de Caumont duque de la Force, tomo I, págs. 341-345) Una carta del Rey al Sr. la Force, del 6 de Septiembre, está dedicada a los primeros movimientos de los Moriscos. Véase el tomo I, págs. 339-341.).

      El duque dió informe de sus movimientos a Enrique IV, que estaba muy satisfecho y que ordenó a este señor enviarles a los Moriscos un hombre hábil para las empresas y versado en la ciencia de las armas, para ponerse de acuerdo con ellos y ver las cosas por sí mismo. El personaje sobre el que recayó la elección del duque era el Sr. de Panissault, de los alrededores de Bergerac; partió para Valencia en el año de 1603, acompañado del Sr de la Claverie, que fue más tarde consejero en el parlamento de Navarra (Mém, de la Force, t. II, p 65). Disfrazado de comerciante permaneció varios meses en esta villa y se presentó en la asamblea de Toga, donde estaban reunidos todos los síndicos de las villas habitadas por los Moriscos y los principales jefes de esta raza. Este agente no era el primero que había sido enviado a España para este asunto; se había encontrado a otro emisario, que, bajo el pretexto del comercio, estuvo más de quince meses entre los Moriscos y examinó todos los medios que podían tener para ejecutar lo que prometieran (Memorias del duque de la Force, lib. I, cap. VII, p. 217-219).

      Por su lado, los de Valencia enviaron dos agentes ante el duque de la Force. Cayendo uno enfermo en el viaje, quedó en Teruel; el otro llegó a Pau en el mes de Julio del año 1604, y comenzó las negociaciones, mientras venían dos o tres diputados  más que anunciaba para el mes de Agosto. El duque rindió cuenta de estos comienzos; el rey le aprobó el no mezclar su nombre en adelante, y le comprometió a continuar actuando como su jefe y a proseguir esta negociación tan felizmente comenzada, llamando ante sí a los diputados de los Moriscos para tratar  con ellos de esta audaz empresa ( Mem. de la Force, introducción, pág. XX; cartas del Sr. la Force al rey y al Sr. de Sully, del 22 de Julio de 1604 (Ibídem, p. 375-378. ).


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