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Opiniones sobre el origen de los cagots, p. 4

 En el siglo XI, no habían disminuído, sobre todo en Normandía, donde el duque Roberto el Magnífico les profesaba un afecto particular( "Desnudos nunca dejaba a sus queridos leprosos, a otros desposeídos no les hacía tal bien: A ellos atendía  sobre todo lo demás." Crónica de los duques de Normandía, por Benoit, t. 2 pág. 511. v. 30041). En otra parte del reino, casando un conde con una mujer de su rango, se comprometía a no repudiarla en tanto no se volviera leprosa ("Y el ya dicho conde Artallus no repudiará a la dicha Lucia, mientras viviere , por ningún motivo, si no se volviese leprosa, etc", Charta sponsalitii quod fecit Artallus Mironis comes Palariensis Luciae comitissoe, etc. circa 1060 (Appendix Marcae Hispanicae, col. 1121) ): Lo que parece indicar que esta enfermedad era bastante común. Sea como fuese , no parece que los desdichados que la padecían fueran puestos en cuarentena. En Cluny , por ejemplo , eran admitidos para recibir la comunión de manos del Abad, como nos muestra una curiosa anécdota, en la que el héroe es Goderano, muerto en 1076, Abad de Mailezais en el Poitou  ("El que éste fuera aceptado por Hugo ante los demás se lee en la Crónica Cluniacense col. 1642 . Allí Goderano era llamado monje y capellán de San Hugo. Se consagraba a este oficio cuando, excitado por la fidelidad, ingirió la sagrada eucaristía que le diera el santo abad a un leproso, que éste había vomitado. Respecto a eso se dice que el propio Hugo se maravilló del hecho de su discípulo. Esto lo refiere el autor de la crónica alabada arriba , pero preferimos otra crónica mejor sin excepción, el obispo Hildeberto de Le Mans en su "Vida de San Hugo" donde el hecho se narra así << Sucedió ciertamente que estando éste presente se le dió la eucaristía a un leproso de mano del beato Hugo. El leproso no pudo, tras luchar inútilmente ,  tomar la porción de pan sagrado, luciendo el sacramento con saliva y expectoraciones horribles a la vista , entonces Goderano aplicó sus manos debajo de la boca lacerada y maltrecha y , más orgulloso que si hubiera vencido a cualquier enemigo, poniéndolo en su boca lo ingirió. Lo que , visto por el bendito abad, lo dejó estupefacto, diciendo que más fácil era sufrir la parrilla como San Lorenzo que realizar este acto>>" Acta santorum ordinis S. Benedicti, saecul VI, pars secunda, p. 316 año 1074. Véase también la "Histoire de Maillezais...." por Charles Arnauld 1840, in 8; Cap. IV, p. 73 ). Es verdad que el leproso en cuestión en este relato podía ser del número de estes desdichados que las abadías tenían por costumbre recoger y mantener durante toda su vida. En un acta de alrededores del 1096, se ve a Hélie de Didonne, Aricie su mujer y Hélie su hijo, a punto de hacer el viaje de Jerusalén, donar al monasterio de Mailezais varios inmuebles. Por su parte, el abad Geoffroi les concede la sociedad y beneficio de la abadía y promete cuidar a un leproso para ellos, acoger a otro luego de su muerte y darle los mismos cuidados ("Recopilatorio de titulos , cartas notas y otras actas auténticas para servir a la historia de Poitou, etc" por D. Fonteneau, conservado en los archivos de la Vienne en Poitiers, tomo XXV, pág. 163).

 Lo que podría hacer creer que las cruzadas habían acelerado los estragos de la lepra en Francia, es que la época en la cual la primera de estas piadosas expediciones terminó, coincide con el entusiasmo de las construcciones religiosas que se manifiesta por los mismos tiempos ("De la fría caridad de los antecesores cenobitas surgieron entonces los seguidores de diversos dogmas, como los Templarios, Hospitalarios, Grandimontenses, Cartujos, Cistercienses, hospitales de pobres, conventos de consagradas a Dios, agrupaciones para leprosos y agrupaciones de nuevos canónicos" Chronica Gaufredi prioris Vosiensis, cap. XXI, sub anno circiter 1100 (Novae Bibliothecae manuscript librorum Tomus secundus, p. 296)).

  Se erigían en todos lados leproserías, de las que algunas, como la de Chartres, que se terminó por la liberalidad de Enrique I , rey de Inglaterra (1119-1135)("Además por su munificencia se mantuvo y terminó el hospital de leprosos de Chartres, trabajo grande y admirable", Willelmi Gemmeticensis monachi Historiae Normannorum Liber VIII, cap. XXXII (Historiae Normannorum Scriptores antiqui, ed. Andrea du Chesne, pág 308 ,D.)
"
A Chartres aportó grandes bienes
A hacer la malatería
aún puede el hombre ver

Las grandes obras de su poder".
(Cronica de los duques de Normandia por Benoit, t. III p. 386)), eran remarcables tanto por sus dimensiones como por su arquitectura.


 Qué decir entonces de las otras opiniones sobre el origen de los cagots?. Como las dos primeras que hemos examinado, se asientan casi todas sobre la idea de que esta casta debía provenir de un pueblo vencido por las armas. Así los autores nombrados más arriba vieron en estes parias los restos de los Albigenses escapados de la masacre que hizo Simón de Montfort; pero esta nueva hipótesis, aunque adoptada por los cagots de la Alta Navarra, en el requerimiento que presentaron al papa León X, para ser admitidos a los sacramentos de la Iglesia (Historia de Béarn, p. 74), puede ser tomada como verdadera, sin presentar toda la verdad. Luego de mucho tiempo los cagots habían perdido no solamente los escritos sino incluso las tradiciones relativas a su origen; o, si conservaron algo se éstas últimas, no era más que un recuerdo confuso de una imputación de herejía sostenida en otros tiempos contra sus ancestros. Ahora bien, cuál herejía podía ser, sino la de los Albigenses, la sola de la que la gente en el siglo XVI había guardado memoria? Pero en esta circunstancias, los cagots , contrariamente a lo ordinario en otras poblaciones, se hacían menos viejos de lo que eran realmente; porque los Albigenses, dijo P. de Marca, " Comenzaron a aparecer en el Languedoc alrededor del año 1180 [N.T: En realidad hoy en día se sabe que doctrinas parecidas al catarismo aparecieron en Francia en el siglo X. En el año 1022 doce canónigos fueron quemados , acusados de propagar la "herejía de Orleans", similar al catarismo. Los cátaros fueron llamados "albigenses" a partir del año 1181 y tratados de herejes en el Concilio de Letrán de 1179, que también decretaba el aislamiento de los leprosos ] siendo arruinados el año de 1215 [N.T: Hasta el siglo XIV  hay constancia de persecución a los cátaros por parte de la inquisición, pero en 1215, en el IV concilio de Letrán, se promulgó la cruzada contra ellos], mientras que los cagots eran reconocidos bajo el nombre de "Chrestiens" desde el año mil, tal como remarca el Chartulario de la abadía de Luc; y el viejo Fuero de Navarra que fue compilado en tiempos del rey Sance Ramires alrededor del año 1074, hace mención de estas gentes, bajo el nombre de Gaffos "(vimos antes, al comienzo del capítulo II, en una nota, lo que hace suponer esta última aserción). Añadamos a ello que , si fuera totalmente exacta, esta tradición había reinado preferentemente en los lugares que fueron teatro de las cruzadas contra los Albigenses, es decir en el Languedoc y Agenais. Pero no se sabe que haya sido así.



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