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Poblaciones con cagots (10)

DISTRITOS DE LECTOURE Y MIRANDE 
 

Cantón de Fleurance.- Se hayan allí los capots de la Sauvetat. Todos tienen un apellido común: el de "Mortera", que reencontraremos luego entre los capots de Mas-d'Aire.

Cantón de Plaisance.- En Plaisance había un barrio de capots que comunicaba con la ciudad por un puente designado con el mismo nombre (capot). Un propietario, hace algún tiempo, hizo nivelar un prado. Allanando un montículo se encontraron, a cierta profundidad, dos bóvedas achatadas y largas, construidas en ladrillo y apoyadas sobre una pared medianera. Estaban atravesadas lateralmente por aberturas muy estrechas y contenían una gran candidad de huesos de personas de diferentes edades y sexos, que se reducían a polvo a la menor presión ( La Opinión, periódico constitucional de Gers, martes 11 de abril de 1843, Nº 78, folletín del Sr. D. Vincent, vecino de la localidad.(Este escritor ve a los capots como leprosos)
). Habremos de creer que fueron los capots de Plaissance?

Cantón de Aignan.- La existencia de cagots en este cantón no nos fue revelada más que por la resolución del parlamento de Toulouse  citado antes, tres para Averon y cinco para Sabazan.

    Antes de salir del departamento de Gers, no dejaremos de hacer observar que debieron habitar cagots, aunque no se encuentren hoy, en muchas otras comunidades, en cuyas iglesias todavía se pueden ver las pequeñas portezuelas por donde estos desgraciados pasaban para oír los oficios en un sitio separado de los demás.


    DEPARTAMENTO DE LES LANDES 


 DISTRITO DE MONT-DE-MARSAN
 

Cantón de Arjuzanx.- En el siglo XVIII, había gran número de gahets en Arengosse, y pocos en los municipios vecinos. En cierta época un barrio a día de hoy dependiente de Arengosse, llamado "Bezaudun", era la parroquia , la sucursal, mientras que Arengosse no era más que un anexo. Todos los gahets, junto  con los otros habitantes, se acogían a Bezaudun, asistiendo a los oficios divinos en su iglesia, casi nunca en otra parte. Tenían una portezuela y una pila a propósito para ellos, debían colocarse en un lugar designado para ellos dentro de la iglesia y a su muerte debían ser enterrados en una esquina particular reservada a ellos. Este barrio, cuya iglesia ya no existe desde hace tiempo, es , aún a día de hoy, el horror del municipio de Arengosse, e incluso a esos lugares se les designa con el nombre de "República de Bezaudun".

    Se dice que poco antes de la Revolución, un muro de la iglesia de este lugar se agrietó; los habitantes de raza pura se creyeron inspirados por Santa Magdalena, su patrona, impidiendo la entrada al santo lugar a los gahets, por temor de que su presencia conllevara la ruina inminente. Así echados, los gahets se dirigieron a la iglesia de Arengosse, y allí todavía fueron sometidos a los mismos reglamentos y separados de los otros fieles. Se ve muy bien en esta iglesia la portezuela, hoy tapiada, que les servía de entrada; además de que buen número de personas afirman que vieron los restos de su pila de agua bautismal y recuerdan que los gahets eran enterrados en el cementerio, pero en lugar aparte.

    El vecino de Arengosse al que debo los detalles que preceden añade estos que les complementan: " Se reconoce a los gahets, generalmente por sus orejas, desprovistas de lóbulos y , por así decirlo, redondas. Difieren además del resto de la poblacion , sea por su físico, sea por su lenguaje. En principio son bastante ingeniosos, dedicándose principalmente al oficio de carpinteros de obra. Los miembros de tres familias, restos de gahets que están aún en Arengosse, no tienen una profesión específica: son campesinos, como el resto de los habitantes; pero hay que observar que llevan muy bien sus asuntos. Tienen mucho orden y por consiguiente gozan de una honrada holgura".


Cantón de Grenade-sur-l'Adour.- En Vignau hay dos familias reputadas cagots, compuestas cada una de tres o cuatro miembros: Son las familias "Hustaillon" y "Fustaillon", en las que los apellidos no difieren, como se ve, más que por una ligera variante ortográfica, indicando no solamente un origen común de ellas, sino también una profesión, la de carpintero o de leñador, que ejercían sus miembros (Tanto Hustaillon, como Fustaillon parecen indicar a un mal leñador). Hoy en día son campesinos, como el resto de los habitantes; viven en un barrio llamado " de los capots", en uno de los extremos del municipio. Una portezuela en la iglesia, una pequeña pila pegada al muro, una y otra al medio, cementerio aparte, todo ello tenían los cagots de Vignau. Durante su vida, como después de muertos, figuraban en los registros de estado civil con la designación de "capot"(Ej: "El 27º día de Noviembre de 1685, consintieron casarse Joseph Hustaillon, carpintero, capot, de 30 años más o menos, con Catherine Hustaillon, capote,chica de labores, de aproximadamente 20 años, ambos vecinos de Aurandet y parroquianos de Vignau; dicho Hustaillon, asistido de Jean Claverie y de Catherine Hustaillon sus primos y dicha Hustaillon asistida de Pierre Hustaillon y de Françoise Labarrere, sus padres, en presencia de los testigos citados arriba," etc. ). que perpetuaba la tradición y la desgracia de su origen.

Cantón de Mont-de-Marsan.- Es bastante probable que existiesen cagots en Mont de Marsan en tiempos más o menos lejanos, y que estuvieron relegados a un barrio separado de la ciudad, llamado "barrio de los Gézits" , que está habitado a día de hoy por gentes de mala fama y mujeres de mala vida. Se ve, en la vieja iglesia de esta ciudad, en ruinas desde 1821, una portezuela lateral, tapiada, que parecía destinada a los cagots. Una puerta similar, lateral y tapiada, se vé todavía en la iglesia del colegio, construida en 1656. También se vé allí una pila que, se dice, era destinada a los cagots.

Cantón de Pissos.- Ha habido cagots en Moustey: La puerta de la iglesia que les estaba destinada y de la cual aún se ve la figura, bastaría para probarlo; pero la tradición no nos informa más sobre ellos que la extrema repulsa de la que eran objeto. De los lugares que habitaban, sus profesiones, sus casas, los octogenarios no saben nada absolutamente. Sin embargo un recuerdo que todavía se conserva es el del derecho que se les reconocía de apoderarse, cuando entraban en una casa, del pan empezado que se encontrara sobre la mesa, si estuviese puesto al revés y si el lado cortado estuviese hacia la puerta. Parece que hace cuarenta años que no hay más que un gahet en la comarca ( En Pissos, donde dejó descendencia cuyo origen se olvidó); porque era el único que se temía llegase cuando el pan se hallaba colocado por los niños en la posición señalada más arriba.

Cantón de Roquefort.- En Roquefort, había cagots hace cincuenta o sesenta años, estaban relegados a un barrio que siempre llevó el nombre de "barrio de los capots", además de que tenían en la iglesia una portezuela y una pila bautismal particulares.

Cantón de Villeneuve de Marsan.- Existe aún en Villeneuve, pequeña ciudad a cinco leguas al Este de la cabeza de departamento, una familia de cagots, si se cree la tradición conservada por los viejos del lugar. Esta raza fue bastante más numerosa antes, a juzgar por la portezuela, hoy en día tapiada, que se distingue aún a la izquierda de la entrada principal de la iglesia y la pequeña pila bautismal que se observa en el interior y del mismo costado, encima de la cual en otro tiempo había una inscripción para designarla. En una época que no sabríamos precisar, los cagots de Villeneuve, rechazados por los otros habitantes, se refugiaron a un quilómetro al NE de la ciudad, en un llano rodeado de hondonadas, construyendo allí sus cabañas. Más tarde, estes individuos se dispersaron y se hizo una granja en el mismo lugar, que todavía conserva su nombre.

    Todavía existen en Hontanx y en Perquie descendientes de capots, formando parte de otras familias, que, a día de hoy semejantes al común de la gente de esta parte de las Landas, han tomado todas sus costumbres e industria, siendo considerados como los otros ciudadanos. Sin embargo, la superstición y la ignorancia bajo el yugo de las cuales se encuentran algunos paisanos de la comarca, les hacen temer la presencia de estos capots; temen que se acerquen a la cuna de los niños, imaginándose que pueden, por sus miradas o caricias, provocarles terribles males o enfermedades incurables. Se reconoce fácilmente a estos cagots por su pequeña estatura, poco desarrollo, por su fisonomía ancha y baja, por sus bastos y salientes rasgos, por sus ojos hundidos y sin expresión, finalmente, por su color moreno y oliváceo. Pero el signo más particular que les hace ser reconocidos por el pueblo es que tienen las orejas muy cortas; sólo con mucha dificultad pueden llevar pendientes. Obtuve esta observación del Sr. Caussin, maestro de la escuela municipal de Villeneuve, que quizás aquí no hace otra cosa que de eco de un prejuicio de difusión general.


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